¡NO! No eres una persona intensa por…

Seguramente has pasado tu vida sintiendo emociones (y te han dicho que eres una persona intensa por ello), como: alegría, tristeza, miedo, asco, ira, enfado, rabia, frustración, ansiedad, culpa, vergüenza, decepción, inseguridad… Algo normal teniendo en cuenta que todas estas emociones te van a acompañar durante tu camino vital. Aunque la sociedad nos diga lo contrario, somos seres emocionales y lo que sentimos hoy está impregnado de un particular significado que nos otorga nuestra historia de aprendizaje, todo el conjunto de experiencias que hemos ido viviendo a lo largo de nuestra vida.

Y como cada historia es única, cada manera de sentir en el presente también.

¿Cuántas veces has escuchado que eres una persona intensa, demasiado sensible, débil, loca del moño, dramas o cualquier otro tipo de invalidación emocional? Y supongo que escuchar esto te duele. Como si te estuvieran señalando que algo dentro de ti no está bien y que tu manera de sentir es incorrecta y molesta a las personas que te rodean.

Así que déjame decirte que no eres una persona intensa por…

• Que te afecten las cosas que te pasan en la vida.
• Considerarte una persona sensible y mostrarlo.
• Querer vivir las relaciones afectivas a tope.
• Que te importe sentirte criticada, juzgada y no aceptada.
• Sentirte avergonzada en una gran variedad de contextos.
• Reír a carcajadas y llorar a mares.
• Enfadarte cuando alguien hace algo que te molesta.
• Emocionarte ante las pequeñas cosas de la vida como un cuadro, un atardecer, un libro, una canción o una peli.
• Hacerte un bicho bola cuando el día te abruma y necesitas estar contigo misma o escapar de algo aversivo.
• Tener mucha personalidad.
• Necesitar abrazos, mimos y atenciones.

Aunque la socialización de género llame intensitos o débiles a ellos y dramas o locas del moño a ellas por expresar sus necesidades y sentimientos.

La rueda social castiga conectar con alguien sentimentalmente, experimentar la vida con las emociones de la mano, reclamar compromiso y responsabilidad afectiva, quejarte porque estás hasta la seta, querer ocupar el lugar que mereces en tus relaciones, poner límites y que asome un atisbo de lagrimita en tu mirada. Es como si todo aquello que sientes molestara a los demás y tuvieras que taparlo, esconderlo o modificarlo.

Este castigo verbal social no es más que invalidación emocional y se trata de una manera de culparte por ser simplemente, tú.

Recuerda que no existe una manera universal de sentir. Cada respuesta emocional es idiosincrática para cada persona, por eso todo lo que sientes de la manera en la que lo sientes está bien.

En un mundo que inhibe la expresión emocional, la sensibilidad debería ser el más bonito de los valores.

Así que siéntete orgullosa de ser cómo eres, lo estás haciendo muy bien, lo mejor que puedes con todo lo que te ha sucedido en la vida y las herramientas de las que dispones en el aquí y el ahora. Por eso, si eres una persona intensa, ¡enhorabuena!

Soy David, Psicólogo Sanitario y CEO de David Gómez | Clínica de Psicología Avanzada. Mi equipo y yo somos especialistas en regulación emocional, autoestima, sexualidad, trastornos de la conducta alimentaria, relaciones afectivas y psicología deportiva. Mediante las Terapias Contextuales y de 3ª Generación ofrecemos la mejor terapia psicológica para que puedas sentirte en un lugar seguro, aprender a regular tus emociones y lograr tu bienestar psicológico con la máxima eficiencia. Puedes encontrarme en Instagram y pedir tu cita mediante Whatsapp al 675556971.